martes, 2 de febrero de 2010

Los verdes prados de Francia

En los verdes prados de Francia hay una casa. Y en la casa vive una familia. No están todos los miembros porque algunos marcharon. La hija mayor se fue de la casa para vivir con su nuevo marido al que no amaba unos kilometros más al sur. La madre murió de frio en pleno invierno.

En la casa sólo queda el padre y la hija pequeña. El padre trabaja en una fábrica de Nike cosiendo zapatillas y balones. La hija también. Pese a que los dos trabajan, la madre murió de frío en invierno porque no podían pagar la calefacción. Los dos comen sobras que les dejan desde una ONG. Pero los dos trabajan. Aún así, la hija mayor tuvo que marcharse con su nuevo marido al que no amaba unos kilómetros más al sur para que su padre y su hermana pequeña pudieran alimentarse con esa poca comida que les llegaba. Y los dos trabajan.

La hija pequeña sueña con tener algún día una muñeca. El padre sueña con tener algún día una cuenta de ahorro para que sus hijas tengan algo en el futuro. En la fábrica sólo cosen. Es su trabajo. Ganan dinero. Eso no quita para que la hija sueñe con tener algún día una muñeca. La hija mayor ya no se preocupa por el dinero. El padre sigue soñando con tener una cuenta de ahorro.

En los verdes prados de Francia la felicidad queda lejos. Todo el mundo trabaja, pero la gente se muere de frío, se casa con gente que no ama para que a su familia le llegue la comida que una ONG les cede, sueña con tener una muñeca o una cuenta de ahorro. Perdón, ¿He dicho Francia? vaya, me he vuelto a equivocar de país.

1 comentario:

  1. Francia, Kenia o la India. Qué importa el nombre, cuando la cruda realidad es esa. Es triste, muy triste que las fronteras pesen tanto, pese a ser una estúpida línea trazada en un papel.

    Es triste, muy triste que lo que has escrito sea probablemente una historia real.

    Me gusta tu blog ^^

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