En 1943 dos perros se encontraron en pleno campo de batalla, uno era del bando de los aliados y el otro era el descendiente directo del dictador perruno Canler. Sus nombres eran, Goeb, para el aliado y Bels para el hijo de Canler.
Goeb: Alto ahí, o disparo.
Bels: Vale, vale, ya está. ya me quedo quieto. Pero que sepas que cuando crees que me ves cruzo la pared.
G: ¿Qué?
B: Tio, no me digas que no la conoces. ¡Es una canción!
G: Déjate de canciones y estáte quieto. Mis compañeros no van a tardar en llegar y te vamos a llevar a nuestro campamento. Allí te juzgaremos por tus crímenes de guerra.
B: Eh, eh, eh. ¿Qué crímenes de guerra? Que yo soy sólo un soldado raso. Mi padre es así de mamón.
G: Aún así, aún siendo soldado raso has matado a muchos de nuestros soldados aliados, por lo que debes ser juzagado.
B: Venga, no me jodas ¿Y vosotros? ¿Por qué a vosotros nadie os juzga?
G: Pues...porque vamos ganando. Por cierto, ¿Quién es tu padre?
B: Canler
G: ¿Eres el hijo de ese hijo de puta?
B: Si, soy hijo de hijo de puta, pero déjalo así que sino una tal Esperanza Aguirre del futuro viene y...no quiero ni pensarlo.
G: Deja de intentar liarme y de intentar escapar.
B: Si no me quiero escapar. Si yo me voy contigo, pero sólo si no me juzgáis.
G: Ya, pero es que eso no lo podemos hacer. Has matado ¿A cuantos?
B: Pues...a un buén puñado, pero oye, si no me mataban a mi.
G: Ya pero tú has elegido venir a la guerra.
B: Soy el hijo de Canler, tú crees quehe decidido. Además, tengo mucha información.
G: Ah, entonces no hace falta que te juzguemos. Eres nuestro mejor amigo.
Goeb sonrió y le hizo un gesto amigable a Bels para que se acercara. Los dos se marcharon al campamento base y Bels contribuyó definitivamente a la caida del régimen de Canler. Años después fue juzgado por robar comida de una casa.
viernes, 12 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario