lunes, 25 de octubre de 2010

Dos golpecitos

La figura anda por la calle ancha de una ciudad cualquiera camino de una estación de metro cualquiera. Mientras baja por las escaleras mecánicas saca su cartera y saca su billete de metro. Es de cartón fino, en un tono azul celeste. Lo mira. Lo observa detenidamente mientras el recorrido de las escaleras acaba. Se pone en marcha y anda hasta las canceladoras. Pasa su billete y lo recoge en el otro extremo. Antes de dejar la canceladora, da dos pequeños golpecitos.

"Dos golpecitos" piensa mientras baja al andén y se sienta a esperar el próximo metro que le lleve a su destino. Busca un banco y se sienta al lado de un señor cualquiera con una edad cualquiera que no tiene una mirada cualquiera, le mira con curiosidad, con alegría y tristeza mezcladas en un cóctel de vida extraña y enriquecedora.

"Dos golpecitos - le dice ese hombre cualquiera - yo también solía hacerlo." La figura decide mirar al señor que le habla. "Dos pequeños golpecitos - prosiguió el señor - que demuestran todo en una vida, entras en el metro, dos golpecitos, sales de él, dos golpecitos. Y algo que resulta tan fácil jamás ha tenido tanto que decir en otro lugares."

La figura extraña que espera el metro que lo lleve a su destino cualquiera simplemente escucha a ese señor cualquiera mientras le cuenta una historia que parece cualquiera, pero que en realidad habla sobre dos pequeños golpes.

"Todo en la vida son dos golpecitos, uno para entrar, y otro para salir. Es así de sencillo y fácil. Un golpecito es lo que se tarda en ver a esa chica que te gustará para siempre, y basta otro golpecito para que esa persona cualquiera que querrás para siempre no se fije en ti."

Mientras el hombre prosigue su historia, la figura se levanta, el metro cualquiera llega y para él la historia cualquiera que en realidad habla sobre toda una vida ha terminado. Entra en el metro y tras un viaje cualquiera con una duración cualquiera llega a su destino cualquiera. Mientras sube las escaleras camino de las canceladoras que le permitirán salir, saca su cartera y coge su billete de metro. Lo mete en la canceladora y lo recoge en el otro extremo. Antes de continuar mira su billete y observa la canceladora. Golpea dos veces con el billete y se marcha a su destino cualquiera.

"Dos golpecitos - piensa - una vida."

No hay comentarios:

Publicar un comentario